lunes, 10 de noviembre de 2014

El uso del parasol en nuestras cámaras.

Mucha gente considera el uso del parasol muy concreto y determinado a ciertas circunstancias, incluso otras personas hasta lo tienen almacenado en su caja original sin haberlo montado ni una sola vez, considerando que no le es útil o que pueden prescindir de él en todo momento, cuando no es así.




El parasol nos ayuda a evitar tener halos de luz indeseados, en días de mucha luminosidad o simplemente en el que el ángulo de la toma de la imagen no esté bien orientada con respecto al sol, o incluso también no deseemos tener destellos de objetos que hay a nuestro alrededor o en la distancia que puedan reflejar rayos por sus propias características de refracción de la luz, como son los espejos de los coches, los materiales metálicos brillantes o muy pulidos, cristales o espejos de escaparates, gafas de sol en una playa o en un sitio donde hay mucha gente, las olas del mar o de un río que hacen de perfectos espejos cuando la luz les incide, y un sinfín de casos más.



No sólo el uso del parasol está determinado a estas circunstancias, sino además, y para mí, una de las más importantes, por encima de los halos de luz que puedan evitarnos, es la PROTECCIÓN DE NUESTRAS LENTES, evitando golpes indeseados o roces con superficies directas en la lente, dado que al ser de plástico nuestro parasol no tendrá grandes problemas en hacer rebotar allá donde nuestra cámara haya rozado.

Si eres una de las personas que llevas al hombro tu cámara digital como si fuera una bandolera, esta técnica es vital, y de paso, recomendarte que o bien te hagas con una bolsa específica para llevar tu cámara y objetivos, los hay de todos los tamaños, clases y precios, y evitar que tu cámara no se dé golpes con cualquier elemento de  la calle, la casa o en un paseo por algún parque, mejor sacar la cámara de su bolsa cuando nos haga falta y meterla en ella hasta otro posterior momento o como también mucha gente hace, colgársela directamente en el cuello durante toda la sesión fotográfica o paseo, cogiéndola con una mano para evitar vibraciones (recuerda que el interior es mecánico y cuantas menos vibraciones sufra nuestra cámara mejor hará su trabajo alargándole la vida de uso).


Precios.
Un parasol nuevo, bien porque la cámara venía sin él, bien porque el anterior está muy deteriorado o porque queremos simplemente tener uno de mejores capacidades, no tiene un precio excesivo, oscilando entre los 4 o 5 euros entre los más bajos y más básicos hasta los 18 o 20 euros los medianos y unos 60 u 80 euros los más caros, cuyos materiales son más resistentes, son más largos y tienen un diseño más elaborado.



Como siempre, y siempre suelo decir lo mismo, estos precios son orientativos, dado que en el mercado constantemente se producen novedades y fluctuaciones de precios según marcas y modelos, y también cada cual sabrá cuánto querrá dedicar económicamente a cada una de sus herramientas.

Un saludo y buenas fotos.
;)

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